Nueve consejos para no dormirte en una junta de trabajo

1.- Observar los comportamientos: Mira cómo se comportan los asistentes, gestos, y actitudes. Es un pasatiempo que te ayudará a aprender con quién trabajas y cómo manejarlos en un futuro.

2.- Dinamizar la reunión: Si sabes de qué tratará la junta, prepara lo que vas a decir y coméntalo cuando la discusión vaya directo a una confrontación estéril. Ahorrará tiempo y te hará quedar bien.

3.- Acortar la reunión: Evita caer en la polémica. El silencio ayudará a llevarse los comentarios o acciones que no abonan en nada y dejará tiempo para las cosas importantes. Esta medida evitará que la reunión se prolongue.

4.- Contestar correos atrasados: Si la junta no va a ningún lado puedes revisar tu e-mail. Los demás pensarán que estás tomando nota. Un consejo: mantén una oreja en el discurso por si acaso te preguntan algo.

5.- Revisa tus tareas domésticas: No es necesario tener una computadora, con una libreta puedes ocupar el tiempo de tedio redactando tu lista para el supermercado, pensar en cosas que quieres hacer o sitios para ir de vacaciones.

6.- Conectarse con el mundo exterior: Usa las herramientas tecnológicas para estar en contacto con las personas fuera de la junta. Un chiste o comentario pueden hacer más pasadero el momento.

7.- Escaparse: aunque es drástico, también se vale. Puedes pedir ayuda para fingir una cita o una llamada que no puede esperar. Tal vez tengas que regresar, pero agradecerás esos 10 minutos.

8.- Vencer el sueño: Levántate a abrir las ventanas, regula la temperatura, enciende la luz, mantén una postura no tan “floja” en la silla y consume alimentos con azúcar o bebe café.

9.- Inventar jueguitos: Puedes hacer una lista de las palabras que más se mencionan durante la reunión o cuántos bostezos hace tu compañero de junto. Aunque no lo creas, te ayudará a atender el discurso y no caer en las manos de Morfeo.

El ADN del emprendedor

Alguna vez te has preguntado: ¿qué aptitudes debe tener una persona para tomar las riendas de su economía? ¿Has pensado que tal vez en tu naturaleza no está escrito el futuro de un empleado sino de un jefe? ¿Acaso puede obtenerse una especie de “ADN emprendedor” –que defina a ciertas personas–, capaz de mostrarte si tu camino es el mismo de Steve Jobs, Bill Gates o Richard Branson?

Durante el World Collaborative Summit 2011, realizado en México el año pasado, un grupo multidisciplinario de representantes de empresas nacionales y extranjeras intentó resolver cuáles eran las características del emprendedor actual. Luis López Panadero, director de Colaboración Viral y Conexión con Emprendedores de Entrepreneurs Organization, estuvo a cargo de la dinámica y explicó que “el ejercicio busca hacer un llamado a los emprendedores e identificar si cuentan con todo esto”.

Los expertos hallaron los siguientes elementos: visión, pasión, confianza, creatividad, ambición y hacer que las cosas sucedan. Esto empata con las definiciones de dos grandes economistas: Richard Cantillon y J. B. Say. El primero afirma que el emprendedor es “un agente económico que compra medios de producción a determinado precio, a fin de combinarlos y crear un nuevo producto”, y el segundo señala que “se trata de un líder que atrae a otras personas, con el objetivo de constituir organizaciones productivas”.

Los elementos 
del ADN

Cada característica que define el perfil del emprendedor complementa a la otra y hace más fuerte la relación entre la capacidad de estrategia, la energía emocional para concretar un negocio y el poder de convocar y contagiar de la entrega a otros miembros de la empresa. Por ello, es importante comprender cómo funciona cada cualidad y qué representa en el espíritu de los emprendedores.

Disposición a tomar riesgos. Responsabilizarte por tu futuro económico impacta tu forma de vida e implica arriesgarte. Comenzar desde cero significa inestabilidad de ingresos antes de arrancar y la pérdida de prestaciones como seguros de gastos médicos. Ese vacío entre crear algo nuevo y dejar un puesto seguro no es fácil, pues no todas las personas están dispuestas a dejar de lado la seguridad de un trabajo en una empresa establecida. Una vez superada la incertidumbre en la etapa de lanzamiento, los emprendedores se caracterizan por su valentía y decisión, por una entrega que no conoce la derrota ante el temor.


Creatividad. La creación del concepto de una empresa no tiene que ser completamente innovadora, pero la capacidad de imaginar lo que todavía no es patente es una habilidad altamente valorada. Para Enrique Tamés, director de la Escuela de Humanidades y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey, la creatividad se complementa con un análisis del contexto, así como con adquirir conocimientos objetivos de las necesidades actuales para impactar positivamente y trasformar el entorno. Pero cuidado, todo creativo debe seguir una estructura para “no perder la brújula”, afirma el experto.

Liderazgo. Como directivo, el emprendedor debe aprender a dirigir un equipo, tener iniciativa y tomar decisiones. Todo fundamentado en las responsabilidades adquiridas por el solo hecho de ponerse a la cabeza de un proyecto. Warren Bennis, considerado como un pionero en el campo contemporáneo de estudios sobre liderazgo, lo define como “la capacidad de transformar la visión en realidad”. Y es que todo emprendedor que busca superarse, debe tomar las riendas de la compañía, al tiempo que delega funciones y busca nuevas oportunidades.

Determinación. Es bien sabido que trabajar de manera independiente aumenta las exigencias laborales. “Los emprendedores requieren una gran capacidad de trabajo durante la primera etapa, ya que es una labor muy demandante”, explica el doctor Luis Miguel Beristain, director de la División de Emprendimiento y el Parque Tecnológico del Campus Ciudad de México del Tecnológico de Monterrey. La determinación y la constancia que se requieren son la fuerza que afianza los elementos del ADN emprendedor.

Pasión. Las personas que inician o se unen a nuevas empresas lo hacen porque realmente disfrutan la labor que desempeñan. Presentan su proyecto con tambores, de forma emocionada, intensa. Trabajar de manera independiente está cargado de una gran motivación por crear un nuevo estándar, vivir de eso y hacerlo crecer por un propósito, ya sea personal o individual. Más que un don o virtud, la pasión es el motor para alcanzar las metas que se trazaron desde el principio.

Confianza. El desafío que representa el mundo competitivo convierte a la confianza en uno de los atributos indiscutibles que todo emprendedor debería tener o cultivar. También es importante en términos financieros, como para conseguir un crédito, ya que realizar una presentación convincente a posibles inversionistas depende de confiar totalmente en el proyecto. Asimismo, significa estar convencido del concepto y transmitir el entusiasmo a los miembros de la organización.

Trabajo en equipo. Peter F. Drucker, considerado el padre del management, decía que los líderes que trabajan con mayor eficacia nunca piensan como un “yo”, sino como un “nosotros”, considerando a todos los miembros de su equipo. Los emprendedores entienden que su trabajo consiste en funcionar como grupo. Aceptan la responsabilidad que conlleva ser líder, sin embargo, el equipo se lleva el crédito. Esto redunda en una actitud grupal donde todos participan para alcanzar los objetivos.

Visión. Beristain reconoce que “para ser empresario es necesario competir en la economía global de mercado”. Para tener una perspectiva a largo plazo, analizar propiciamente las necesidades del mercado y concebir un proyecto sustentable a futuro, es imprescindible contar con visión tanto a corto como a largo plazo. Es decir, tener las aptitudes necesarias para crear un concepto que funcione y se mantenga en el contexto en el que se gesta.

Hacer que las cosas sucedan. Al final todo se resume en los resultados alcanzados. Hay que entender cuál es la mejor combinación de las características del ADN en cada momento de la empresa para poder transformar la realidad en la que opera el empresario. No todos los casos son iguales y existen experiencias más atípicas de emprendedores que no cumplen con las características y su trayectoria ha sido poco tradicional; sin embargo, al final lograron “hacer que las cosas sucedan”, dotando de realidad a proyectos susceptibles de resultar inconclusos.

Fuente: http://bit.ly/OuJsxz

Cómo manejar un despido sin afectar el clima laboral

El despido y/o recorte de personal son acciones naturales de toda empresa y, por lo general, se hacen de manera abrupta y sin una conversación auténtica y comprometida con el bienestar y éxito del empleado, además del poco o nulo conocimiento y discusión con el resto de la organización sobre esto. Por ello, es importante saber cómo manejar un despido y no afectar negativamente el clima laboral, ya que es previsible el descontento general y el sentimiento de injusticia que provocará la acción si ésta no es manejada adecuadamente.

Toda empresa desea que sus empleados generen logros sobresalientes, los cuales son resultado de las acciones que toman según la percepción que tienen de sí mismos, la motivación que reciben de sus jefes o el clima laboral existente en la empresa; sin embargo, su percepción tras un despido puede afectarse de manera negativa y sus acciones estarán relacionadas a ello. Así, su desagrado puede resumirse en el dicho “ustedes hacen como que me pagan y yo hago como que trabajo”.

Un despido tiende a generar miedo y a crear una percepción negativa en los empleados lo que puede desembocar en resultados poco favorecedores dentro de nuestra firma. Pero existen maneras más adecuadas de manejar esta sensible situación y acercarnos a los empleados para generar una percepción positiva en ellos.

 

Cinco acciones para un despido "saludable"


1. Comunicarle al empleado la decisión con la mayor antelación posible: normalmente este tipo de acciones se toman de manera abrupta por miedo a represalias; no obstante, actuar de esta manera genera más efectos negativos en la organización que riesgos. Aquí cabe mencionar que en una empresa con un clima laboral negativo ya existente, esta recomendación es casi inaudita. En cambio con un excelente clima laboral, esta comunicación es absolutamente posible; permite que el empleado procese esta situación y encuentre alternativas para una transición suave y saludable. Y a la organización la posibilidad de obtener toda la información y documentación que el empleado posea.

2. Tener una conversación auténtica y comprometida con el empleado que va a ser despedido. Esto transmitirá el compromiso de la organización con su bienestar.

3. Reconocer al empleado por la labor realizada en la empresa. Todos los empleados tienen aciertos y desaciertos, casi siempre es posible reconocer y agradecer al empleado por la labor realizada y las cosas que sí hizo bien.

4. Apoyar al colaborador en su transición a la siguiente etapa laboral. Esto puede implicar varias acciones, algunas de las cuales incluyen estar abiertos a recomendar al empleado con otro empleador, otorgar una carta de recomendación o recomendación telefónica y/o apoyar al empleado con capacitación o algún otro tipo de asistencia para suavizar la transición.

5. Comunicar al resto de la organización la decisión tomada. Es muy importante que los demás empleados estén enterados y conozcan la decisión que motivó el despido, además de que les permitirá expresar sus opiniones, sentimientos y despedirse de esa persona para después atravesar su propio proceso emocional e intelectual sobre lo ocurrido.

Aunque cualquier despido es una situación dolorosa y difícil y ninguna estrategia puede eliminar por completo esta dificultad, seguir estas cinco acciones apoyan a la organización a generar un clima laboral propicio para continuar las labores con efectividad hacia los objetivos empresariales.