Escoge un problema o una situación con la que te vayas a enfrentar y piensa en él.
Adopta la posición de un soñador. Tu papel es el de generar una lluvia de ideas y todas las posibilidades y alternativas que se te ocurran. No las analices ni evalúes. Simplemente apúntalas. Para inducirte en este estado puedes adoptar la fisiología de un soñador. En el caso de un soñador, es posible que desees levantar la cabeza y los ojos ligeramente. A continuación, puedes hacerte preguntas como:
¿Qué quiero lograr?
¿Cuál es mi propósito?
¿Cuáles son los beneficios?
¿Cómo sabré que los tengo?
¿Cuándo espero obtenerlos?
¿Adónde quiero que me lleve esta idea en el futuro?
Pasa a la posición de un realista. Esta fase por lo general implica la organización de tus ideas. En esta posición, inclina ligeramente tu cuerpo hacía delante y con una mirada hacia el horizonte. A continuación, hazte preguntas como:
¿Cuándo estará completado el objetivo?
¿Quién o quiénes van a estar implicados?
¿Cuál será el primer paso? ¿Y el siguiente? ¿Y el siguiente?…
¿Cuál será la información que me indique que estoy avanzando o retrocediendo?
¿Cómo sabré que mi objetivo ha sido alcanzado?
Una vez terminado pasa a la posición de crítico. Esta es muy importante ya que sirve como un filtro y como un estímulo para el refinamiento de esa idea. En esta etapa, tendrás que comprobar y evaluar el plan. Para ello adopta una postura angulada, con la cabeza algo inclinada y la mirada un poco levantada y tócate la barbilla o la cara con la mano. Y ahora puedes preguntarte:
¿A quién afectará esa idea?
¿Qué necesidades y recompensas tienen las personas afectadas?
¿Por qué razón alguien podría objetar esa idea o plan?
¿Qué aspectos positivos existen en la actual forma de hacer las cosas?
¿Cómo podría preservar estos aspectos cuando se lleve a cabo el plan?
¿Qué le falta al plan? ¿Qué necesita en su estado actual?
Después de que hayas terminado con las tres posiciones perceptivas diferentes, vuelve a la posición del soñador. Cambia el plan de forma creativa para disfrutar de lo que has aprendido desde el realismo y la crítica. Continúa con la ejecución a través de todas las tres posiciones hasta que creas que el plan se ajusta congruentemente entre sí.
La verdad es que ser creativo y convertir las ideas y sueños en realidad no es exclusivo del don de unas pocas personas. Tú también puedes ser dueño de esta “extraordinaria” capacidad si usas adecuadamente esta estrategia de creatividad de Walt Disney.