La universidad Jaume I ha realizado un estudio que afirma que el 12% de la población tiene adicción al trabajo, obsesión patológica que se puede comprobar en todos aquellos que trabajan más de 50 horas semanales, como rasgo primordial.
Esta cifra se rebaja desde las 12 horas diarias que se consideraban como adicción laboral por parte de la Organización Internacional del Trabajo. Con vuestro permiso, me voy a permitir traducir libremente “workaholism”, como término que define esta psicopatía por “curroalcohólicos”, como aquellas personas que tienen una adicción al trabajo. Estos adictos laborales, además de la faceta horaria, presentan estos rasgos característicos de la adicción al trabajo:
Desempeño compulsivo de las funciones encomendadas o autoimpuestas
Falta de delagación de funciones dentro de la cadena de mando
Hiperactividad en el campo laboral
Falta de vida personal; no existe vida más allá del propio trabajo
Este cuadro es muy propicio que se presente dentro de emprendedores y empresarios, acuciado además por la necesidad de funcionamiento económico de la empresa puesta en marcha y de las responsabilidades adquiridas. En este perfil, miro a mi alrededor y puedo identificar perfectamente a varios empresarios y colaboradores con una grave psicopatía reflejada en estos síntomas.
Este perfil de “curroalcohólicos” tiene consecuencias negativas para las relaciones laborales, tanto dentro del propio ecosistema empresarial como fuera de la empresa. Por ejemplo, dentro de los jefes curroalcohólicos, destacan las actitudes como:
- Invasiones de la intimidad personal, familiar y nula puesta en práctica de políticas de conciliación
- Incomprensión de situaciones anómalas como bajas por enfermedad, accidentes o cualquier otra situación que haga que nos ausentemos del trabajo.
- Eliminación sistemática de los periodos de vacaciones, prefiriendo retribuirlas ampliamente y aunque económicamente sea peor para la empresa.
- Necesidad material de contar con el personal durante largos periodos de tiempo, alargando indefinidamente la jornada laboral.
- No existe tema de conversación paralelo que no pivote alrededor de la empresa, la economía, los clientes, el producto o el tipo de papel que se ha seleccionado para las facturas.
En definitiva, este perfil profesional es el peor que existe para la propia empresa porque tanta presión psicológica sobre el resto de elementos con los que interactuan con la empresa sólo consiguen disminuir la productividad al abusar del tiempo, desmotivar a la plantilla en periodos muy breves, aplicar a la máxima expresión el síndrome del proveedor quemado y terminan sintiéndose tan solos que sólo les queda la empresa como refugio de sus psicopatías agudas. Tened cuidado con el abuso del trabajo y planificad unas buenas vacaciones.
Fuente:
http://www.pymesyautonomos.com/management/curroalcoholicos-jefes-adictos-al-trabajo
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