Lo que aprendí del Arca de Noé

- Nunca perder el bote: "No hay que perder lo esencial: cuál es el giro del negocio".

- Todos están en el mismo bote: "Hay que involucrar a todos en esta aventura en común que es la empresa, hacer que todos se interesen en ella, creando un sentimiento de orgullo y pertenencia".

- No hay distinción entre empresarios chicos y grandes, no importa el tamaño de la empresa si prevalece el espíritu emprendedor.

- Planear con anticipación: "Solemos planear cuando ya está chispeando, pero hay que hacerlo cuando todavía no hay situaciones de extrema urgencia".

- Mantenerse en forma física y mentalmente: "Nunca sabes si a los 80 años harás la obra más importante de tu vida".

Santibáñez además recordó el caso de Adolf Horn, diplomático, empresario y representante empresarial, quien a los 52 años fundó la empresa Helados Bing (que actualmente pertenece a Unilever).

- No escuchar demasiado a los críticos: "No le cuenten a todos sus ideas, muchos van a hablar de las inconveniencias que tienen y toda la gente les va a decir por qué NO hacerlo".

- Construir el futuro en tierra alta, viendo más allá: "Desde el principio hay que situarnos alto, crean que van a tener 20 sucursales de su negocio y hagan las cosas desde el principio como si fuera así".

- Por seguridad: viajar en parejas. "Ya sea como socios de capital o con alianzas, pero nunca solos".

- La velocidad no siempre es una ventaja: "Los caracoles llegaron al arca igual que las gacelas".

- El arca la construyeron aficionados, el Titanic, profesionales.

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