Ser adicto al trabajo es una enfermedad que puede generar problemas
de relación social y afectar seriamente la salud de quien la padece.
Aunque podría ser una muestra del gozo por desarrollarse
laboralmente, en algún momento del camino, el cuerpo “truena” y la
recuperación puede tardar en lograrse.
El portal Alto Nivel publicó algunos de los síntomas que
pueden enviar señales de alerta sobre el workaholismo. De acuerdo con la
consultora, hay dos señales inequívocas del problema: la dependencia y
la falta de control:
1.- Cero satisfacción o gozo: Lo importante es estar ocupado siempre.
No importa si el resultado fue excelente. No hay tiempo para gozar del
éxito ni de reflexionar sobre lo hecho.
2.- Conexión full time: Hay dependencia a los medios de comunicación o
herramientas tecnológicas para estar en contacto con el trabajo. No
importa si son vacaciones, reunión familiar o algún evento social.
3.- Miedo a delegar: Se toma la responsabilidad total de las labores.
Es mejor ejecutar por uno mismo los pendientes o los nuevos proyectos,
pues se tiene la idea de que nadie puede hacerlo mejor que tú.
4.- Tendencia a la soledad: Si te dieran a escoger entre trabajar
solo o en equipo, optarías por estar solo y “aprovechar el tiempo sin
distracciones”.
5.- Trabajo hasta en la cama: El trabajo se aparece hasta en los
sueños. Aunque descansas, estás pensando en actividades vinculadas a tu
labor profesional.
6.- Nula conversación multitemática: Todos los diálogos o encuentros tratan sobre temas laborales, sin importar con quién estés.
7.- Ansiedad de más trabajo: Tratas de llenar el “vacío” o la baja de
trabajo con otras actividades. Podría ser un momento para relajarse y
desestresarse, pero ocurre lo contrario pues se depende de trabajo para
estar “equilibrado”
8.- Descanso trabajando: No importa que sea fin de semana, tú
aprovechas para “adelantar trabajo”, por lo que ni tu cuerpo, ni tu
mente descansan.
9.- Insatisfacción permanente: Aunque es bueno siempre superar metas,
es peligroso cuando no se está satisfecho con los logros alcanzados.
Siempre queda perturbando la mente la siguiente frase: “Tal vez si le
hubiera dedicado más tiempo…”.
10.- Desequilibrio consciente: Sabes perfectamente que tu vida
laboral y personal no van nada bien, sin embargo, siempre hay alguna
justificación para darle más valor al trabajo.
11.- Enfermo y trabajando: El simple hecho de no ir a trabajar,
aunque estés enfermo, rompe con tu seguridad. Lo importante es cumplir
con la labor aunque esté de por medio la salud.
LA CURA
1.- Haz deporte: Ayuda a disminuir el estrés, hará que te sientas más
sano, seguro de ti mismo y fresco. Te ayuda a fijar tus objetivos en
otra actividad
2.- Toma cursos: Ingresa a cursos, diplomados o talleres que te
ayuden a mejorar profesionalmente, pero que impidan que sea reo del
trabajo cotidiano
3.- Distractores: Busca distraerte. Ve al cine, lee un libro o da un
paseo. Vincúlate con el resto del mundo, incluyendo a tu familia, y
recuerda que el trabajo no lo es todo en la vida.
Fuente: http://bit.ly/WzHHA5
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