More employees say tension at work is about right

Un poco de tensión es necesaria en el trabajo, pero debe estar controlada

Cerca de la mitad de los empleados consideran que los niveles de estrés laboral están en su punto adecuado.

image


El estrés y la tensión en el ambiente de trabajo suelen ser identificados como aspectos negativos, pero un nuevo estudio revela que, a pesar de que uno de cada tres trabajadores norteamericanos siente que está bajo demasiado estrés laboral, el 41% de los empleados considera que los niveles de tensión en su lugar de trabajo están en el punto adecuado. Los autores de la investigación explican que los trabajadores comprenden la necesidad de un cierto grado de estrés dentro de un negocio productivo y que los directivos se enfrentan al reto de mantener los niveles de tensión en el punto ideal para beneficiar la productividad de las compañías. Por Catalina Franco R.


Lo más probable es que al preguntarle a una persona si prefiere un ambiente laboral estresante o uno más tranquilo, la respuesta esté más cerca de la segunda opción. Ello se debe a que los seres humanos buscamos conscientemente una mejor calidad de vida y no queremos vernos envueltos en problemas que perturben nuestro día a día. Pero, al ir un poco más allá en el tema del estrés y la tensión laborales se pueden encontrar razones para entender por qué los negocios llevan consigo unos niveles mínimos de estos aspectos que pueden asustar a algunos pero que empiezan a ser comprendidos por otros.


Un reciente estudio de la consultora Healthy Companies International reveló que, a pesar de que uno de cada tres (25%) empleados norteamericanos siente que hay demasiado estrés en su sitio de trabajo, cerca de la mitad (41%) de los trabajadores consideran que los niveles de tensión laboral están en su punto adecuado y un tercio (33%) afirman que no hay casi estrés en su ambiente de trabajo.


La investigación se basó en una encuesta telefónica realizada a 492 empleados en Estados Unidos.


Un estrés positivo


El estudio dio a conocer cifras que diferencian la percepción de hombres y mujeres en cuanto al estrés laboral: 28% de las mujeres estuvieron más inclinadas que los hombres a sentir que hay demasiada tensión en su sitio de trabajo, mientras que 37% de los hombres (frente a 29% de las mujeres) afirmaron que casi no existía tensión laboral en sus ambientes de trabajo.


Otros hallazgos sugieren que los trabajadores mayores se inclinan un poco más a reportar falta de estrés laboral; que los empleados con niveles de educación secundaria o menores tienden a sentir que hay demasiada tensión en sus sitios de trabajo; y que aquellos que ganan entre 25.000 y 50.000 dólares anuales tienen más posibilidades de quejarse de tensión laboral que los de otros grupos salariales.


Pero el centro del estudio está en los niveles de estrés aceptados por los trabajadores. Así como no es muy sorprendente el dato de que un cuarto de los empleados se sientan demasiado estresados, sí causa un poco de sorpresa encontrarse con una cifra tan alta de trabajadores que manifiestan su comprensión acerca de los niveles necesarios y adecuados de tensión laboral.


De acuerdo con Stephen Parker de Healthy Companies International, “Nuestro estudio sugiere que la mayoría de los americanos entienden que un sitio de trabajo productivo tiene que tener cierto nivel de tensión o energía. Demasiada tensión definitivamente puede afectar el desempeño de los empleados, así como un extremo de poca motivación o compromiso trae sus propios problemas.


Nos sentimos entusiasmados con los resultados ya que el hecho de tener la suficiente ansiedad en el sitio de trabajo podría ser el punto decisivo para que Estados Unidos empiece a recuperar su margen competitivo”.


Ni tanto ni tan poco


La dificultad del asunto está en lograr el nivel ideal de tensión laboral, que es una tarea que los líderes y directivos deben tener en cuenta y llevar a cabo efectivamente, haciendo cambios y ajustes de manera oportuna para lograr que sus trabajadores aporten más de lo mínimo. Según la encuesta, dos de cada cinco directivos están logrando mantener los niveles adecuados y que sus empleados lo perciban así.


Y es que cuando se trata de estrés laboral, como en muchos otros aspectos de la vida, los extremos son perjudiciales y representan debilidades existentes en diversas áreas. De acuerdo con Parker, un ambiente de trabajo demasiado tenso puede significar que allí el liderazgo no respeta a los empleados y “Aún más probablemente, puede tratarse de un sitio en el que los directivos continuamente exigen más y más de sus trabajadores ofreciéndoles menos de su parte…Puede haber una falta de claridad o de confianza alrededor de los objetivos globales de la organización, entonces los esfuerzos se ven como caóticos y desesperados en vez de intensivos. El resultado es disfuncional…falto de confianza e improductivo”.


Y cuando se mira el otro extremo, el de la falta de tensión, los autores explican que no necesariamente esto se refiere a un ambiente de trabajo amable y calmado, sino que puede tratarse de un lugar de trabajo en el que los líderes no están cumpliendo con su labor y en el que los empleados no están bien conectados ni comprometidos emocionalmente con la misión, la estrategia y los objetivos. Parker explica que “La baja tensión puede surgir de líderes que evitan las conversaciones difíciles, de líderes demasiado idealistas o demasiado complacientes con respecto a las realidades competitivas. Puede ser que el equipo directivo esté más interesado en ser querido que en hacer bien el trabajo o en cumplir objetivos –favoreciendo la popularidad sobre el desempeño”.


Lo importante entonces es establecer estrategias y objetivos claros en los que toda la organización esté involucrada y con los que pueda comprometerse, de manera que los niveles de estrés y tensión surjan naturalmente como agentes motivadores que ayuden a mejorar el desempeño, en vez de convertirse en distractores que perjudiquen tanto la vida de los empleados como la productividad de la empresa. Está en los directivos llevar a cabo la misión de la manera más efectiva.


Fuente:

http://www.tendencias21.net/Un-poco-de-tension-es-necesaria-en-el-trabajo-pero-debe-estar-controlada_a4388.html

Trabajar muchas horas afecta tu corazón y mente

Tener jornadas de 10 o más horas trastorna la personalidad de las personas pues se tiende a ser más agresivo, hostil, depresivo y ansioso.

 

Las personas que trabajan jornadas de 10 o más horas diarias tienen 60% más probabilidad de sufrir problemas cardiacos graves, incluso ataques al corazón, señala un estudio publicado en el European Heart Journal.

 

La relación entre horas de trabajo y trastornos cardíacos queda demostrada en el estudio, pero no así la causa, que puede ser el estrés que produce trabajar demasiado.

 

Incluso trabajar de más trastorna la personalidad pues se tiende a ser agresivo, competitivo, tenso, consciente del paso del tiempo y en general hostil. Además de ser más propensos a padecer depresión, ansiedad o insomnio, aseguraron los investigadores.

 

Los investigadores monitorearon a seis mil funcionarios ingleses por 11 años, publica el portal del diario español El País.

Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/articulos/58568.html

Reducir el horario laboral mejora la calidad de vida y el medio ambiente

La felicidad se ve afectada por el exceso y el ritmo de trabajo, tal y como demuestra la clasificación mundial de satisfacción del mundo, que señala que los cuatro países "más felices" del planeta (Dinamarca, Holanda, Finlandia y Suecia) son los que mayor atención prestan al equilibrio entre trabajo y vida.

 

Con más tiempo y menos dinero la gente fuma y bebe menos, ingiere menos comida rápida y menos calorías y camina más, aspectos que no sólo benefician a las personas sino que también tienen su contrapartida en el medio ambiente y la biosfera.

 

Esta es una de las conclusiones incluidas en el libro "La situación del mundo 2010. Cambio Cultural. Del consumismo hacia la sostenibilidad", un trabajo del investigador del Instituto Worlwatch, Erik Assadourian, y del profesor de la Universidad Internacional de Andalucía (España), Víctor M. Toledo, presentado hoy Día Mundial de los Derechos del Consumidor.

 

Editado por el Centro de Investigación para la Paz y por Icaria, el libro apela a la conciencia de los consumidores para modificar sus hábitos y superar la cultura consumista desde todos los puntos de vista posibles: educación, empresa, medios de comunicación, gobiernos, tradiciones y movimientos sociales.

 

Entre otros datos, recuerda que sólo el 7 por ciento de la población mundial (500 millones de personas) emite la mitad de las emisiones de dióxido de carbono mundial, mientras que los 3.000 millones más pobres sólo generan el 6 por ciento, unas emisiones que en las próximas décadas elevarán la temperatura global en 4,5 grados centígrados antes de 2100.

 

Pero el consumismo no sólo tiene efectos negativos para el medio ambiente, sino también para los que se suponen que son sus beneficiarios, las personas que viven inmersas en él, especialmente los estadounidenses, que trabajan entre 200 y 300 horas más al año que un europeo medio.

 

Los europeos occidentales, por el contrario, viven más que los americanos y tienen, por término medio, poco más de la mitad de probabilidades de padecer dolencias crónicas, como enfermedades de corazón, hipertensión y diabetes de tipo 2 pasados los 50 años.

 

Pero la felicidad también se ve afectada por el exceso y el ritmo de trabajo, tal y como demuestra la clasificación mundial de satisfacción del mundo, que señala que los cuatro países "más felices" del planeta (Dinamarca, Holanda, Finlandia y Suecia) son los que mayor atención prestan al equilibrio entre trabajo y vida.

 

Fuente: http://www.milenio.com/node/401630

Validity of a brief workaholism scale


Una nueva escala mide la adicción al trabajo

Está desarrollada por Investigadores de la Universidad Jaume I y confirman la utilidad de la Escala DUWAS, que mide la adicción al trabajo, un trastorno que afecta en España en torno al 12 por ciento de las personas trabajadoras. Los expertos afirman que el 8 por ciento de la población activa española dedica más de 12 horas al día a su profesión.

 

La adicción al trabajo se entiende como un daño psicosocial caracterizado por dos dimensiones principales:

 

  1. el trabajo excesivo.
  2. el trabajo compulsivo.

Los resultados, publicados en la revista española Psicothema, no sólo confirman la estructura bifactorial de la adicción al trabajo, es decir, las dos dimensiones de la misma, sino que relacionan los resultados con el bienestar psicosocial (la salud percibida y la felicidad), para contrastar las características negativas de la adicción al trabajo en España.

 

“Sólo se es adicto al trabajo si además de trabajar excesivamente, se trabaja de forma compulsiva para calmar la ansiedad y los sentimientos de culpa que producen en la persona el hecho de no trabajar”, comenta Del Líbano.

 

“Este estudio facilita la evaluación de la adicción junto a otros fenómenos que afectan a la salud psicosocial de los trabajadores, sin que el tiempo necesario para rellenar este cuestionario afecte a la motivación de las personas evaluadas”.

 

La validación de la nueva Escala DUWAS (Escala de Adicción al Trabajo Holandesa), se debe a las críticas recibidas por las dos herramientas de evaluación más utilizadas hasta ahora, el WorkBAT (Batería de Adicción al Trabajo) y el WART (Test del Riesgo de Adicción al Trabajo), respecto a su validez y fiabilidad.

 

Los datos sobre la prevalencia mundial de la adicción al trabajo varían de unos estudios a otros y la sitúan en torno al 20% en países como Japón. En España, las cifras se sitúan en el 12%, tal y como indican las investigaciones de Sánchez Pardo, Navarro Botella y Valderrama Zurián, en 2004, y del grupo de Del Líbano, en 2006, respectivamente.

 

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma que el 8% de la población activa dedica más de 12 horas al día a su profesión para huir de sus problemas personales. Los expertos señalan que dedicar más de 50 horas a la semana al trabajo puede determinar la adicción.

 

La adicción al trabajo se caracteriza por:

 

  1. La extrema actividad y dedicación laboral (trabajan fuera de hora, fines de semana o vacaciones)
  2. La compulsión en el trabajo (incapacidad para delegar tareas)
  3. Una implicación laboral desproporcionada (autovaloración centrada en el trabajo)
  4. Un deterioro de la vida cotidiana (comunicación interpersonal deficiente)

Entre los factores de riesgo que conducen a esta adicción figuran:

  1. Las presiones económicas, familiares y sociales
  2. El temor a perder el trabajo
  3. La competitividad del mercado laboral
  4. La necesidad de conseguir el éxito deseado
  5. El temor a los jefes prepotentes, exigentes y amenazantes
  6. Los elevados niveles de autoeficacia laboral
  7. La carencia de afectos personales que se intentan suplir con el trabajo.

Además, las personas adictas al trabajo pueden llegar a consumir sustancias ilegales para trabajar más, aumentar de este modo su rendimiento laboral y superar así el cansancio y la necesidad de dormir.

 

Fuente: http://www.sugarfree.com.es/?p=771

Duwas es (key)


Nueva escala para medir adictos al trabajo

Muchos trabajan en forma compulsiva para calmar la ansiedad y no por gusto al trabajo.

 

Investigadores de la Universidad Jaume I de Barcelona confirmaron la utilidad de DUWAS, una nueva escala para medir la adicción al trabajo, un trastorno que afecta en España en torno al 12% de las personas trabajadoras.

 

"La adicción al trabajo se entiende como un daño psicosocial caracterizado por dos dimensiones principales: el trabajo excesivo y el trabajo compulsivo", explica Mario Del Líbano, autor principal del artículo e investigador de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Jaume I de Castellón de la Plana.

 

Los resultados, publicados en la revista española 'Psicothema', no sólo confirman la estructura bifactorial de la adicción al trabajo, es decir, las dos dimensiones de la misma, sino que relacionan los resultados con el bienestar psicosocial (la salud percibida y la felicidad) para contrastar las características negativas de la adicción al trabajo en España.

 

"Sólo se es adicto al trabajo si además de trabajar excesivamente, se trabaja de forma compulsiva para calmar la ansiedad y los sentimientos de culpa que producen en la persona el hecho de no trabajar", comenta Del Líbano.

 

La validación de la nueva escala llamada DUWAS (Escala de Adicción al Trabajo Holandesa), se debe a las críticas recibidas por las dos herramientas de evaluación más utilizadas hasta ahora, el WorkBAT (Batería de Adicción al Trabajo) y el WART (Test del Riesgo de Adicción al Trabajo), respecto a su validez y fiabilidad.

 

Límite, 50 horas

Los datos sobre la prevalencia mundial de la adicción al trabajo varían de unos estudios a otros y la sitúan en torno al 20% en países como Japón. En España, las cifras se sitúan entre el 11,3 y el 12%, tal y como indican las investigaciones de Sánchez Pardo, Navarro Botella y Valderrama Zurián, en 2004, y del grupo de Del Líbano, en 2006, respectivamente.

 

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma que el 8% de la población activa dedica más de 12 horas al día a su profesión para huir de sus problemas personales. Los expertos señalan que dedicar más de 50 horas a la semana al trabajo puede determinar la adicción.

 

La adicción al trabajo se caracteriza por la extrema actividad y dedicación laboral (trabajan fuera de hora, fines de semana o vacaciones), la compulsión en el trabajo (incapacidad para delegar tareas), una implicación laboral desproporcionada (autovaloración centrada en el trabajo), y un deterioro de la vida cotidiana (comunicación interpersonal deficiente).

 

Entre los factores de riesgo que conducen a esta adicción figuran las presiones económicas, familiares y sociales; el temor a perder el trabajo; la competitividad del mercado laboral; la necesidad de conseguir el éxito deseado; el temor a los jefes prepotentes, exigentes y amenazantes; los elevados niveles de autoeficacia laboral y la carencia de afectos personales que se intentan suplir con el trabajo.

 

Además, las personas adictas al trabajo pueden llegar a consumir sustancias ilegales para trabajar más, aumentar de este modo su rendimiento laboral y superar así el cansancio y la necesidad de dormir.

 

Fuente:

http://www.cambadu.com.uy/Informacion/Noticias/RRHH/adiccion_al_trabajo.html?printable=true

Empleados adictos al trabajo pueden ser problemáticos

Existe un grupo de trabajadores que parece ser la mezcla entre el amor a la profesión y el cuidado excesivo a las labores. Son los llamados “adictos al trabajo”, aquellos que, con orgullo, pueden pasar la noche en vela o madrugar por terminar un informe.

 

Se trata de una de las adicciones que más acepta la sociedad porque “tiene esfuerzos y recompensas de tipo profesional”, según explica Fernando Mansilla, psicólogo del Ayuntamiento de Madrid.

 

No obstante, ese esfuerzo excesivo también puede resultar contraproducente para las empresas que contratan personas con estas características al tratarse de trabajadores que suelen  presentar  buen rendimiento a corto plazo en el trabajo, pero sus altas expectativas con respecto a sí mismos los llevan a plantearse metas cada vez más difíciles que desembocan en problemas de rendimiento a medio-largo plazo.

 

Además, según un estudio de la revista Career Development Internacional, mientras más adicta al trabajo es una persona, presenta menor satisfacción profesional y laboral y mayor intención de renunciar a su actual empleo.

 

Por último, cabe señalar que estas personas entorpecen la dinámica de trabajo debido a deficiencias y comportamientos provocados por su adicción como una pobre comunicación interpersonal, rigidez y niveles de exigencia agobiantes.

 

Adicto al trabajo: mal elemento en un equipo


Es difícil que una persona adicta al trabajo se integre en un equipo y será frecuente que tenga problemas con compañeros dada su poca capacidad para comunicarse y delegar tareas, señalan los expertos.

 

“Además, genera conflictos porque, por lo general, nadie satisface sus expectativas laborales, lo que lleva a que estas personas se aíslen y, por ende, trabajen más, formándose un circulo vicioso”, dice Mansilla.

 

En cuanto a la reacción que causa en los colegas, ésta puede ser de dos tipos. Por una parte, el rechazo y, por otra, la envidia: el adicto al trabajo hace sentir al resto incapaz e incompetente.

 

Con todo ello, "el clima laboral se ve enrarecido, lo que puede dar lugar a conflictos interpersonales", explica el experto.

 

¿Cómo tratar a un adicto al trabajo?


Si tiene en su empresa a una persona adicta al trabajo se aconseja no exigirle que consulte a un especialista en salud mental.

 

“Pero si es bueno aconsejarle que su problema puede tener un abordaje psicoterapéutico con el mismo esquema que cualquier otra adicción, para recobrar el equilibrio laboral y personal en su vida, es decir un equilibrio entre el trabajo, la familia y el ocio y el tiempo libre", dice el psicológico de Madrid.

 

¿Cómo reconocerlos?


Según un sondeo realizado por Consulta Mitofsky hace cinco años, dos de tres mexicanos se considera un adicto al trabajo, mientras que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que aproximadamente uno de cada tres mexicanos trabaja más de 48 horas a la semana.

 

Entre sus rasgos están tener cada vez menos vida social, sentirse culpables cuando están relajados y estar generalmente ocupados.

 

Fuente:

http://www.masnegocios.com.mx/index.php/bolsa-de-trabajo/714-empleados-adictos-al-trabajo-pueden-ser-problematicos

Trabajar con ahínco más de 50 horas semanales es adicción

Una investigación calcula que el 12% de los trabajadores españoles tienen una relación patológica con su empleo.

 

Son hiperactivos, no delegan, se consideran indispensables y apenas tienen vida más allá de la oficina. Ese es el perfil del adicto al trabajo y, según un estudio de la Universidad Jaume I de Castellón, lo da el 12% de la población trabajadora de España. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que trabajar más de 12 horas diarias (60 semanales) es adicción, pero según el nuevo estudio se puede rebajar a 50 esta cifra, siempre y cuando no solo se trabaje estas horas, sino que se haga de forma compulsiva.

 

Mario del Líbano, investigador de la Facultad de Ciencias Humanas, acaba de publicar en la revista Psicothema un informe en el que se confirma esta doble estructura de la adicción al trabajo: «Solo se es adicto si además de trabajar excesivamente -dice Del Líbano- se trabaja de forma compulsiva para calmar la ansiedad y los sentimientos de culpa que producen en la persona el hecho de no trabajar».

 

Del Líbano ha reafirmado la validez de una escala nueva, la Duwas (Escala de Adicción al Trabajo Holandesa, por sus siglas en inglés), a través de 2.164 trabajadores holandeses y 550 españoles, de diferentes sectores y de entre 16 a 69 años.

Confirma que es negativo

En las dos sociedades se ha visto que el trabajo es un hecho positivo, pero su adicción -workaholism, en inglés, una mezcla de trabajo (work) y alcoholismo (alcoholism)- tiene componentes muy negativos desde el punto de vista de la salud y psicosocial. Hay que recordar que para muchos autores de los ochenta la adicción al trabajo no era mala per se .

 

Según apunta el equipo de investigadores de Mario del Líbano, hay muchas personas que están en riesgo de sufrir esta conducta patológica, y son variados los motivos que los llevan a ella: las presiones económicas, familiares o sociales; el miedo a perder el trabajo; la competitividad; la necesidad de tener éxito; el miedo a los jefes prepotentes y amenazantes; los elevados niveles de autoeficacia laboral o la carencia de afectos personales que se intentan suplir con horas en la oficina.

 

Son muchos los síntomas que indican que hay un problema, aunque el último en darse cuenta suele ser el afectado, pero hay pistas fáciles de seguir. En el test Duwas abundan expresiones como «me siento culpable cuando no estoy trabajando en algo», «es duro para mí relajarme cuando no estoy trabajando», «es importante para mí trabajar duro incluso cuando no me gusta lo que hago», «gasto más tiempo trabajando que con mis amigos, mis hobbies o mi ocio» o «me suelo poner plazos de finalización cuando trabajo».

 

Fuente: http://www.lavozdegalicia.com/sociedad/2010/03/23/0003_8372853.htm

ADICCION AL TRABAJO

Desde una perspectiva social, Japón es el país por excelencia a la hora de enfocar el problema de la adicción al trabajo. En éste país, se censó que la adicción al trabajo de forma aislada, era directamente responsable de la muerte de 147 personas y de 66 suicidios o intentos de suicidio tan sólo en el año 2006, como consecuencia directa de una presión insoportable en la esfera laboral. Ésta dramática circunstancia, fue denominada con el término «karoshi», para designar "la muerte por sobreesfuerzo en el lugar de trabajo". Se observó, que muchos de éstos empleados habían muerto por un ataque cardíaco repentino que tuvo lugar en las misma oficina donde sufrían el estrés laboral prolongado, como resultado de horarios desproporcionados que alcanzaban promedios de 1.801 horas al año por asalariado. Éstas cifras, aunque pertenecientes a un lugar tan distante a nuestra cultura como Japón, no distan tanto de las condiciones laborales dentro de nuestro propio país, pues según estimaciones de la OCDE, la diferencia con el horario de los trabajadores Españoles, consiste únicamente en una hora más de trabajo al día para los Japoneses. En éste sentido, es bien conocido que en España aún existe una cultura empresarial centrada en el fomento de políticas que premian el sobreesfuerzo horario del asalariado, junto a una despreocupación total por las consecuencias tóxicas a nivel físico y psíquico del exceso de trabajo, que en opinión de Ignacio Buqueras (presidente de la comisión para la racionalización de los horarios Españoles), " está más que demostrado que las jornadas excesivamente largas, no están relacionadas con una mejora de la productividad, e incluso pueden tener un efecto contrapoducente al desencadenar el efecto contrario". En concordancia con éstas declaraciones, un informe de la Organización Internacional del trabajo (OIT), ha ratificado que casi un 10% de la población Española trabaja a un ritmo superior a las 12 horas al día. Éste grado de dedicación, representa un riesgo importante para la aparición de diversas manifestaciones de estrés, siendo la adicción al trabajo una de sus posibles y más habituales formas de presentación... En México existen estudios de investigadores de la UAM que hablan de las actitudes frente al trabajo la obsesión y el síndrome de la culpa. Hay quien esta casado (a) con el trabajo, en el encuentra todo, se refugian en la actividad por años y cuando se jubilan no saben qué hacer con su tiempo libre es más ni lo conocen les es ajeno y se sienten con sentimientos de culpa por no hacer lo que toda su vida hicieron…el trabajo como terapia ocupacional..hasta donde lo permita la existencia…la adicción de nuestro tiempo vivir para trabajar..trabajar para vivir.

 

Fuente: http://www.premeditest.com.mx/?cont=boletin&id=11

Ansiedad y aislamiento después de 12 horas laborales, síntoma de adicción al trabajo

Científicos españoles presentaron ayer una nueva herramienta de diagnóstico para medir la adicción al trabajo. El nuevo cuestionario, llamado DUWAS, soluciona dos de los problemas de validación que tenían las anteriores pruebas para medir la adicción al trabajo, elaboradas en Alemania y Estados Unidos, WorkBat y WART.


Según la nueva herramienta, dada a conocer por la Universidad de Jaume, en Valencia, una persona debe ser considerada adicta al trabajo si dedica más de 12 horas al día a su actividad laboral, pero sobre todo si cuando ha dejado de trabajar desarrolla síntomas de ansiedad y falta de motivación para acudir a actividades sociales.


La línea donde un trabajador dedicado se acerca a la adicción al trabajo, aparece cuando se labora más de 50 horas en una semana de cinco días, por ejemplo de lunes a viernes. El estudio fue publicado en la revista española Psicothema y avalado por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS).


Cuando los especialistas aplicaron la nueva herramienta de diagnóstico a un conjunto de españoles, identificaron que al menos el 12 por ciento dedica más de 12 horas diarias de su día al trabajo.


“La adicción al trabajo es un problema psicosocial que se caracteriza por dos aspectos: trabajar obsesivamente y trabajar compulsivamente”, argumentó Mario del Líbano, investigador principal de este estudio, desarrollado en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Jaume.


El nuevo método de diagnóstico fue publicado el pasado lunes y difundido el martes en Estados Unidos por la Asociación Americana para el avance de la ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés).


Entre los especialistas en psiquiatría que revisaron la nueva herramienta, uno de los datos que llamó más la atención es la estructura bi-factorial de la adicción al trabajo. En sus resultados no sólo se observan los estados de ansiedad que desarrollan las personas adictas al trabajo cuando no están en su actividad laboral, también se investiga qué tanto bienestar y sensación de felicidad pueden desarrollar las personas cuyas calificaciones los identifican como adictos al trabajo.


“Trabajar mucho no significa que uno sea workoholic o adicto al trabajo. El síndrome se presenta en realidad cuando las personas empiezan a experimentar sentimientos característicos de la ansiedad o graves sentimientos de culpa, por el simple hecho de no estar trabajando”, explicó el doctor Del Líbano.


AISLAMIENTO SOCIAL. La nueva herramienta no sólo mide la ansiedad que acompaña a los adictos al trabajo cuando se apartan de su fuente laboral, también mide un aspecto que se sabía que estaba relacionado pero no se había medido: el rechazo a participar en actividades sociales.


Se encontró una relación directa entre necesidad patológica de trabajar y aislamiento social.


“Las personas que se sienten muy satisfechas cuando todos los sistemas de su compañía marchan bien tienen muchísimas dificultades para interactuar en grupos sociales y quizá por la misma causa lo evitan”, explica la presentación de la nueva batería de cuestionarios DUWAS.


La nueva escala ha sido diseñada a partir de las críticas que se habían hecho a las dos herramientas disponibles hasta ahora, llamadas Workbat (Workaholism Battery) y WART (Work Addiction Risk Test).

 

Los datos de la incidencia mundial de adicción al trabajo cambian de un estudio a otro, pero en países como Japón se ha diagnosticado hasta en 20 por ciento de la población en económicamente activa. En España se ha sondeado entre el 11.3 por ciento y 12 por ciento de la población.


La Organización Internacional del Trabajo (OIT) dice que 8 por ciento de la población económicamente activa dedica más de 12 horas diarias al trabajo, en jornadas de 5 o 6 días. De acuerdo con el mismo cuestionario, si las personas trabajan más de 50 horas en cinco días, están en riesgo de desarrollar adicción al trabajo.

 

Fuente: http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=496357

La adicción al trabajo no beneficia a nadie

El 8% de la población activa española dedica más de 12 horas al día a su profesión para huir de sus problemas personales.

 

Hay personas que creen que el trabajo es lo más importante. Que todo lo demás es secundario, incluso su propia familia. Pero se equivocan. Los expertos en psicología laboral señalan que los llamados workaholics "son víctimas de su propia percepción de la realidad, que se retroalimenta a través de su inconsciente adicción al trabajo". Ahora mismo, el 8% de la población activa española dedica más de 12 horas al día a su profesión para huir de sus problemas personales, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Muchos de ellos acaban sufriendo un infarto.

 

Disfrutar del trabajo y estar comprometido con la empresa es una cosa. Ser adicto a todo ello, otra bien distinta. En opinión de los expertos en psicología laboral, lo que marca la diferencia entre estas dos formas de vivir una profesión es "la manera en la que uno se siente cuando está en la oficina, así como la razón que le mueve a dedicar más horas y energía de las que debería". Las respuestas a estos interrogantes residen en el interior de cada uno, añaden estos especialistas.

 

Entre los síntomas que acompañan a los llamados workaholics destaca, en primer lugar, que la ocupación profesional es lo que más les importa. De hecho, en los casos más extremos, es lo único que aparentemente les satisface en sus vidas. La familia, los amigos y el deporte son secundarios e incluso terciarios.

 

Para justificar sus constantes ausencias, "estas personas suelen estar permanentemente conectados con su quehacer laboral, de manera que no les quede tiempo para nada más", sostiene el psicólogo Iñaki Piñuel, socio de la consultora Mobbing Research, especializada en prevención de riesgos psicosociales.

 

Otra característica típica de estos adictos es que "se sienten culpables cuando no están trabajando", subraya Piñuel. "El tener que regresar a sus hogares por la noche les incomoda y ya no digamos cuando se van con la familia de vacaciones", añade. Eso sí, al no poder pensar en otra cosa, suelen llevar consigo ordenadores portátiles, que les ayudan a saciar el mono. "Las horas dedicadas a descansar o a divertirse a menudo les parecen ridículas, una auténtica pérdida de tiempo", detalla Piñuel.

 

Y así, poco a poco, los adictos al trabajo van perdiendo todas sus relaciones sociales. "Lo que les acaba uniendo a otras personas es el mero interés profesional, que los mantiene constantemente al margen de sus verdaderos sentimientos", explica este psicólogo, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares.

 

En todo este proceso, debido a que los workaholics están tan centrados en los problemas derivados de su actividad profesional, "a menudo pierden toda conciencia de lo que les sucede por dentro", señala Gonzalo Martínez de Miguel, director general del Instituto de Formación Avanzada, que cuenta con cursos especializados en desarrollo personal y profesional para trabajadores. "De forma inconsciente, anulan todo lo que sienten para que no les estorbe en su camino hacia el éxito", señala Martínez de Miguel.

 

Ataques al corazón

 

Finalmente, después de varios años de padecer estrés, fatiga y ansiedad crónicas, los workaholics terminan sintiéndose separados de todo lo que les rodea, incluso de sí mismos. "Esta desconcertante sensación, sumada al deterioro de su salud, puede desencadenar en ellos un estado de profunda depresión, e incluso provocarles un ataque al corazón", afirma Martínez de Miguel. Debido al deterioro de la salud de estos trabajadores compulsivos, "las empresas que los apoyan finalmente terminan resintiéndose", concluye Martínez de Miguel. Hasta que se recuperan del todo, suelen causar baja varios meses.

 

Detrás de esta adicción, "la más respetada por el sistema de mercado en la que el hombre moderno se está desarrollando", se esconde un determinado tipo de personalidad, cuyo miedo más característico es el de "no tener ningún valor aparte de sus logros", explica Juan Carlos Cubeiro, director de la consultora Eurotalent, especializada en desarrollo estratégico y directivo para la mejora cualitativa de las organizaciones.

 

"Suelen ser personas con muy poca autoestima, que asocian el valor de una persona con su éxito profesional", sostiene Cubeiro, que ha tratado con profesionales de este tipo. Así, "se vuelven cada vez más competitivos y preocupados por la imagen que proyectan de sí mismos", añade. En este sentido, "el motor que les mueve a trabajar cada vez más es el temor de que sus proyectos profesionales fracasen y de no valer nada para los demás".

 

En busca del equilibrio

 

Para hacer frente a esta patología, los especialistas recomiendan a los adictos que traten de encontrar un equilibrio entre su actividad profesional y su vida personal. Pero no es nada fácil. "La primera trampa con la que se encuentran los workaholics es superar parte del condicionamiento sociocultural recibido durante su infancia y primera juventud", explica Ernesto Poveda, socio director de la consultora de Recursos Humanos ICSA.

 

Desde la década de los setenta hasta la actualidad, "la gran mayoría de la sociedad ha sobrevalorado el papel del trabajo en la vida de las personas", lamenta Poveda. "Con la malsana justificación de que queremos que nuestros seres queridos tengan de todo, caemos en la trampa de negarles lo más importante, nuestra propia persona, nuestra compañía y nuestro cariño", explica Poveda, que reconoce que en un momento de su vida padeció este tipo de adicción.

 

Pero hay salida al final del túnel. A juicio de Cubeiro, "en el momento que estas personas dejan de creer que su valía depende de la buena consideración de los demás, de los frutos cosechados por medio de su profesión, comienzan a ser más auténticos en sus actuaciones y a dejarse dirigir por las sensaciones que experimentan en su interior". Liberados, "comprenden que hay vida más allá del trabajo", concluye.

 

Morir trabajando

 

Japón es uno de los países desarrollados donde la cultura del trabajo ha calado más hondo. Tanto es así que incluso cuentan con la palabra karoshi, que significa "morir por sobreesfuerzo en el trabajo". Estas muertes son provocadas por un ataque repentino de corazón, "precedido por un prolongado periodo de estrés y tensión", explica el psicólogo Iñaki Piñuel.

 

El término karoshi empezó a utilizarse en la década de los ochenta, cuando se produjo un boom de muertes asociadas a la adicción al trabajo. En la mayoría de los casos, "los ataques cardiacos se produjeron en las mismas oficinas donde los empleados literalmente se estaban dejando la piel", explica Piñuel.

 

En 1987, el Gobierno japonés empezó a publicar una estadística oficial de karoshi, cuyo objetivo era "concienciar a las empresas y a sus empleados sobre la locura que supone situar el trabajo por encima de la propia vida humana", relata Piñuel. En 2003, los japoneses trabajaron una media de 1.801 horas al año, sólo una más que los españoles, según un estudio de la OCDE.

 

El 80% de las empresas premian los excesos

 

"Como en cualquier otra adicción, la responsabilidad última recae sobre el propio adicto, que suele negar los síntomas hasta que su situación se vuelve insoportable", explica Gonzalo Martínez de Miguel, director general del Instituto de Formación Avanzada (Infova).

 

Sin embargo, "el papel que juega la compañía durante este proceso de adicción puede agravar la enfermedad o ser el primer paso para su curación", añade el psicólogo Iñaki Piñuel, socio de la consultora Mobbing Research. "Todo depende de la calidad de su cultura empresarial, de los valores y actitudes que fomente entre sus empleados", apunta.

 

Lo cierto es que ocho de cada diez empresas en España premian inconscientemente la adicción al trabajo de sus empleados, despreocupándose de si dicha actividad va en contra de su deterioro físico y psíquico, según varias encuestas realizadas el año pasado por distintas consultoras de Recursos Humanos. "Son las llamadas empresas tóxicas", concluye Piñuel, "que creen equivocadamente que el rendimiento excesivo de sus plantillas puede durar eternamente".

 

Aunque los workaholics suelen exigirse mucho más a sí mismos de lo que la empresa les obliga, limitar la duración de la jornada laboral puede ayudarles a enfrentarse a su adicción. En opinión de Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, "está más que demostrado que las jornadas excesivamente largas no están directamente relacionadas con la mejora de la productividad". E incluso "muchas desencadenan todo lo contrario", señala Buqueras, autor de Tiempo al tiempo (Planeta). "Lo que sí mejora la eficiencia es establecer la dirección por objetivos", afirma, "en la que cada empleado se responsabiliza de sus propias funciones, sin tener tan en cuenta las horas trabajadas".

 

Algunas multinacionales extranjeras cuentan con estrictas políticas de luces apagadas, que obligan a los trabajadores a salir de la oficina a una hora determinada, que suele ser entre las 17.30 y las 19.30. De esta manera, "los adictos dejan de encontrar excusas en la empresa para escapar de sí mismos, y pueden tener más oportunidades para plantearse su verdadero problema: su relación consigo mismos y con el rumbo que han tomado sus vidas", concluye Martínez de Miguel.

 

Fuente: http://www.elpais.com/articulo/carreras/capital/humano/adiccion/trabajo/beneficia/nadie/elpepueconeg/20070128elpnegser_9/Tes

¿Adicto al trabajo?, propenso al estrés

Los primeros síntomas de la enfermedad son: irritabilidad, ansiedad, insomnio y dolor de cabeza; para evitarla se recomienda tomar breves espacios de ‘distracción’ en el trabajo.

 

La adicción al trabajo afecta el rendimiento personal y por ende, el de la empresa donde se labora, además que las personas que manifiestan esta actitud tienen mayor riesgo de caer en un cuadro de estrés.  

 

Ante tal situación, la comunidad laboral internacional Trabajando.com ofrece algunas recomendaciones para evitar esta enfermedad que cada vez es más común y bastante compleja.  

 

La directora de Trabajando.com México, Margarita Chico, dijo que "si bien cada ser humano es responsable de custodiar su seguridad y salud laboral, también es importante que las empresas y los jefes contribuyan a disminuir los niveles de estrés en el trabajo".

 

Agregó que una de estas medidas podría ser coordinar actividades recreativas que fomenten la relajación y el buen clima laboral; en segundo lugar, impulsar a que los trabajadores busquen breves espacios para hacer una pausa, respirar y distraerse un poco.   Trabajando.com destaca que el estrés dentro del trabajo puede generarse por factores externos e internos, los primeros tienen que ver con agentes como ruidos molestos, exceso en cargas de trabajo, el frío, la poca luminosidad, espacios demasiado pequeños, entre otros.   

 

Los internos tienen que ver con los aspectos que determinan a una persona, por ejemplo la poca tolerancia a la frustración, excesiva auto exigencia, la dificultad de organización.  

 

Esta enfermedad es bastante compleja y lo es más aún para aquellas personalidades que tienen mayor riesgo de caer en un cuadro de estrés, principalmente el "workoholic" o adicto al trabajo; "esta actitud afecta el rendimiento personal y por ende, al de la organización, pero también se extrapola a lo personal y familiar".  

 

Por ello es de vital importancia manejar y controlar a tiempo los primeros síntomas de esta patología, como la irritabilidad, ansiedad, insomnio, dolores de cabeza, entre otros, a fin de evitar severos daños posteriores tanto físicos como psicológicos.   

 

Para evitar el estrés laboral lo primero que hay que hacer es enfocarse en el trabajo y deliberar por dónde se va a empezar, dividiendo las tareas en inmediatas, urgentes y normales; organizar un calendario y las metas a obtener, sin abordar muchas cosas a la vez "no te sobre exijas y si puedes, delega o pide ayuda en los temas que puedan ser trabajados por un tercero. Esto ciertamente te ayudará a manejar y controlar las situaciones estresantes", apuntó.  

 

Por otro lado, es importante aprender a manejar un horario y dividir el día; tomarse unos minutos de descanso para respirar y mover brazos y piernas. Si trabajas la mayor parte del tiempo sentado, deja algunos intervalos para ir por un café, un vaso de agua o algún snack que te ayudarán a mejorar la concentración y el rendimiento.  

 

Siempre es bueno distraerse, por tanto hay que intentar realizar actividades fuera del horario de oficina, hacer deporte, reunirse con amigos o buscar panoramas que ayuden a salir de la rutina y del exceso de trabajo, puntualizó.

 

Fuente:

http://www.cnnexpansion.com/actualidad/2009/11/18/adicto-al-trabajo-propenso-al-estres

"Curroalcohólicos": jefes adictos al trabajo

La universidad Jaume I ha realizado un estudio que afirma que el 12% de la población tiene adicción al trabajo, obsesión patológica que se puede comprobar en todos aquellos que trabajan más de 50 horas semanales, como rasgo primordial.

 

Esta cifra se rebaja desde las 12 horas diarias que se consideraban como adicción laboral por parte de la Organización Internacional del Trabajo. Con vuestro permiso, me voy a permitir traducir libremente “workaholism”, como término que define esta psicopatía por “curroalcohólicos”, como aquellas personas que tienen una adicción al trabajo. Estos adictos laborales, además de la faceta horaria, presentan estos rasgos característicos de la adicción al trabajo:

Desempeño compulsivo de las funciones encomendadas o autoimpuestas

Falta de delagación de funciones dentro de la cadena de mando

Hiperactividad en el campo laboral

Falta de vida personal; no existe vida más allá del propio trabajo


Este cuadro es muy propicio que se presente dentro de emprendedores y empresarios, acuciado además por la necesidad de funcionamiento económico de la empresa puesta en marcha y de las responsabilidades adquiridas. En este perfil, miro a mi alrededor y puedo identificar perfectamente a varios empresarios y colaboradores con una grave psicopatía reflejada en estos síntomas.

 

Este perfil de “curroalcohólicos” tiene consecuencias negativas para las relaciones laborales, tanto dentro del propio ecosistema empresarial como fuera de la empresa. Por ejemplo, dentro de los jefes curroalcohólicos, destacan las actitudes como:

 

  • Invasiones de la intimidad personal, familiar y nula puesta en práctica de políticas de conciliación
  • Incomprensión de situaciones anómalas como bajas por enfermedad, accidentes o cualquier otra situación que haga que nos ausentemos del trabajo.
  • Eliminación sistemática de los periodos de vacaciones, prefiriendo retribuirlas ampliamente y aunque económicamente sea peor para la empresa.
  • Necesidad material de contar con el personal durante largos periodos de tiempo, alargando indefinidamente la jornada laboral.
  • No existe tema de conversación paralelo que no pivote alrededor de la empresa, la economía, los clientes, el producto o el tipo de papel que se ha seleccionado para las facturas.

En definitiva, este perfil profesional es el peor que existe para la propia empresa porque tanta presión psicológica sobre el resto de elementos con los que interactuan con la empresa sólo consiguen disminuir la productividad al abusar del tiempo, desmotivar a la plantilla en periodos muy breves, aplicar a la máxima expresión el síndrome del proveedor quemado y terminan sintiéndose tan solos que sólo les queda la empresa como refugio de sus psicopatías agudas. Tened cuidado con el abuso del trabajo y planificad unas buenas vacaciones.

 

Fuente:

http://www.pymesyautonomos.com/management/curroalcoholicos-jefes-adictos-al-trabajo

¿Se puede cuantificar la adicción al trabajo?

Investigadores de la Universidad Jaume I han confirmado la utilidad de la escala DUWAS para medir la adicción al trabajo, un trastorno que actualmente afecta en España en torno al 12% de las personas trabajadoras. "La adicción al trabajo se entiende como un daño psicosocial caracterizado por dos dimensiones principales: el trabajo excesivo y el trabajo compulsivo", explica Mario Del Líbano, autor principal del artículo, publicado en la revista española Psicothema.


La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma que el 8% de la población activa dedica más de 12 horas al día a su profesión. Pero según Del Líbano, "sólo se es adicto al trabajo si además de trabajar excesivamente, se trabaja de forma compulsiva para calmar la ansiedad y los sentimientos de culpa que producen en la persona el hecho de no trabajar", comenta Del Líbano.


La adicción al trabajo se caracteriza por la extrema actividad y dedicación laboral (trabajan fuera de hora, fines de semana o vacaciones), la compulsión en el trabajo (incapacidad para delegar tareas), una implicación laboral desproporcionada (autovaloración centrada en el trabajo), y un deterioro de la vida cotidiana. La escala DUWAS se basa en veinte afirmaciones que el trabajador debe puntuar de 1 a 5, entre las que se incluyen algunas como "Siento que hay algo dentro de mí que me impulsa a trabajar duro" o "Me siento culpable cuando tengo un día libre en el trabajo".


Entre los factores de riesgo que conducen a esta adicción figuran las presiones económicas, familiares y sociales; el temor a perder el trabajo; la competitividad del mercado laboral; la necesidad de conseguir el éxito deseado; el temor a los jefes prepotentes, exigentes y amenazantes; los elevados niveles de autoeficacia laboral y la carencia de afectos personales que se intentan suplir con el trabajo.

 

Fuente:

http://www.muyinteresante.es/ise-puede-cuantificar-la-adiccion-al-trabajo

Otros riesgos psicosociales en el trabajo

Adicción al trabajo

 

Introducción

 

Muchas personas entran en contacto con diversas sustancias químicas para una búsqueda de sensaciones, como una alternativa al estrés o por otros problemas y se dice que son adictos a drogas o tóxicos. Pero también se viene advirtiendo que una cantidad de trabajadores cada vez mayor, desarrolla un tipo de adicción sin sustancia, que se ha denominado adicción al trabajo.

 

Ser trabajador es una virtud, pero serlo en exceso y tener un elevado compromiso con la empresa puede dar lugar a la adicción al trabajo y por tanto, a un riesgo psicosocial. Para los adictos el valor del trabajo es superior a las relaciones con compañeros, amigos y familiares. Esta obsesión por asumir más y más tareas, genera conflictos entre los trabajadores y en la organización (Del Libano y otros, 2006).

 

Una particularidad de la adicción al trabajo que la diferencia de otras adicciones es que se alaba y recompensa a la gente por trabajar en exceso, esto casi nunca sucede con otras adicciones (Fassel, 2000).

 

El término inglés que define la adicción al trabajo es workaholism que vincula el concepto de trabajo con el alcoholismo, relacionándolo, por tanto, con una drogodependencia.

 

Epidemiología

 

La adicción al trabajo que afectaba principalmente a los hombres, en los últimos años se ha extendido entre las mujeres y se calcula que más del 20% de la población trabajadora mundial presenta esta adicción.

 

En España se estima que sufre adicción al trabajo el 10% de la población; otros han señalado que la adicción al trabajo incide en el 11,3 % de los trabajadores (Sánchez Pardo, Navarro Botella y Valderrama Zurián, 2004), y la OIT afirma que el 8% de la población activa española dedica más de 12 horas al día a su profesión para huir de sus problemas personales y muchos de ellos acaban sufriendo enfermedades cardiovasculares.

Concepto

 

La adicción al trabajo que apareció en 1968, cuando un profesor americano de religión, Oates, lo utilizó para referirse a su propio trabajo y lo comparó con el alcoholismo. Más tarde, Oates definió workaholism como una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente, que afecta a la salud, a la felicidad y a las relaciones de la persona.

La adicción al trabajo se compone de diversas dimensiones (Flowers y Robinson, 2002) como:

  1.  
  2. Tendencias compulsivas relacionadas con el trabajo duro y con dificultades para relajarse después de trabajar.
  3.  
  4. Necesidad de tener el control, ya que el trabajador se siente incómodo cuando tiene que esperar o cuando las cosas no se hacen a su manera y escapan a su control.
  5.  
  6. Comunicación relación interpersonal deficiente, es más importante lo que hace el propio trabajador que las relaciones con los demás.
  7.  
  8. Incapacidad para delegar tareas entre los subordinados y a trabajar en equipo.
  9. Autovaloración centrada en el trabajo, ya que se da mayor valor a los resultados del trabajo realizado, que al proceso mediante el cual se han conseguido esos resultados.

 

El adicto al trabajo o laboradicto es aquel que dedica más tiempo al trabajo de lo que es exigido por las circunstancias. Pero además, no sólo es una cuestión cuantitativa de horas de dedicación, sino cualitativa, aquellas personas que hacen del trabajo el núcleo central de su vida, hasta el punto de desdeñar otras actividades y de no ser capaces de tener otros intereses. Los workaholics no son capaces de tomarse tiempo libre porque en seguida la falta de actividades les genera insatisfacción y agobio.

 

Por tanto, para el laboradicto el trabajo es el único objeto de su vida, ya que muestra desinterés por otros ámbitos que no sea su trabajo y porque es incapaz de dejar de trabajar.

En la adicción al trabajo se pueden encontrar los siguientes parámetros (Fuertes Rocañín, 2004):

  •  
  • Se produce cuando la actividad se convierte en una idea obsesiva, ocupando la mayor parte de la vida del trabajador.
  •  
  • Habitualmente no es reconocida por el trabajador, siendo la familia quien lo detecta, debido al exceso de tiempo que dedica al trabajo y que resta a la familia, y ésta acaba creando un tipo de vida al margen del adicto.

 

La adicción al trabajo se caracteriza por la extrema actitud laboral (trabajan fuera de hora, fines de semana o en vacaciones), por la dedicación excesiva en tiempo (hay una pérdida del control sobre el tiempo empleado en el trabajo), por la compulsión y esfuerzo en el trabajo, por el desinterés hacia otras actividades fuera de lo laboral, por una implicación laboral desproporcionada, y por un deterioro de la vida cotidiana (familiar y social).

 

Aunque no existe una definición común sobre la adicción al trabajo, se podría decir que el adicto al trabajo es aquel trabajador que dedica de una gran parte del tiempo a las actividades laborales con consecuencias negativas a nivel familiar, social y de ocio, que piensa constantemente en el trabajo cuando no se está trabajando y que trabaja más allá de lo que razonablemente se espera (Scott, Moore y Micelli, 1997) y que trabaja un mayor número de horas que los trabajadores normales, ya que le satisface el trabajo en sí mismo (Machlowitz, 1980).

Factores de riesgo

 

Entre los factores de riesgo que conducen a esta adicción se pueden señalar:

  •  
  • Las presiones económicas familiares.
  • El temor a perder el trabajo.
  • La enorme competitividad que existe en el mercado laboral, en donde es más valorado el que lo deja todo por el trabajo, que el que cumple sólo con su horario.
  • La fuerte necesidad de conseguir el éxito y el puesto deseado.
  • La incapacidad para negarse ante un jefe sobre peticiones que pueden bien posponerse para el día siguiente.
  • El temor a los jefes prepotentes, exigentes y que amenazan constantemente al trabajador con perder su empleo.
  • La falta de organización, que permite la acumulación y sobresaturación del trabajo.
  • El ambiente familiar problemático que hace que el trabajador no quiera llegar a casa.
  • La ambición excesiva por el poder, el dinero y el prestigio.
  • La incapacidad para establecer prioridades.
  • La falta de afectos personales que se suplen con el trabajo.
  • La educación familiar que impone a los hombres el cumplir con el rol de proveedor de su familia.
  • La presión de muchas mujeres cuya meta es solamente el sacar adelante a los hijos.
  • La presión de la sociedad para que los hijos sean independientes.

Las demandas denominadas retadoras (challenge stressors) y las demandas obstáculos (hindrance stressors), que pueden tener efectos positivos sobre el desempeño y la motivación laboral, pueden también convertirse en potenciadotas de la adicción al trabajo (Del Líbano y otros, 2006).

Tipología

 

Las personas adictas al trabajo tienen algunos rasgos comunes como:

  1.  
  2. La necesidad de reconocimiento social de su trabajo.
  3. Son perfeccionistas y con baja autoestima. No les gusta trabajar en equipo, prefieren trabajar solos.
  4. Anhelan tener poder aunque su motivación no es sólo esa. La mayoría de los adictos al trabajo son personas con un puesto de responsabilidad y con posibilidades de ascenso. Pero, también los hay que no tienen un cargo de gran nivel ni oportunidades para mejorar o cambiar de situación. En general, podemos decir que utilizan el trabajo como refugio para escapar de otros problemas.
  5. Son narcisistas, cuando alcanzan puestos con poder se deshumanizan, no tienen en cuenta los sentimientos de los demás o el compañerismo a la hora de trabajar y esperan que sus subordinados cumplan un horario laboral similar al de ellos.
  6.  
  7. Son muy exigentes con ellos mismos y con los demás. Además las características más destacables de los adictos son:
    •  
    • Sentir preocupaciones agobiantes durante el fin de semana.
    • Ser incapaz para tomarse vacaciones o descansar.
    • Sentir la imposibilidad de abandonar al final de la jornada un trabajo inacabado.
    • Ponerse nuevos trabajos para realizar en los periodos de descanso.
    • Ser incapaz de rechazar ofertas de trabajo adicional.
    • Experimentar que el tiempo pasa muy rápido cuando se trabaja.
    • Ser exigente y competitivo en cualquier actividad.
    • Mirar impaciente el reloj.
    • Ser acusado por los familiares y amigos de que dedica más tiempo al trabajo que a ellos.
    • Experimentar cansancio e irritabilidad si no se trabaja durante los fines de semana.
    • Quedarse el último en la empresa.
    • No delegar y realizar o supervisar todo personalmente.
    • Limitar las lecturas a temas laborales.
    • Tener problemas para relajarse.
    • Trabajar con tensión.
    • Comunicarse mejor en la empresa que fuera de ella.
    • Distanciarse afectiva y socialmente.
    • Tener sentimiento de culpabilidad.
    • Tener un nivel de ansiedad elevado.
    • Tener necesidad de admiración y obediencia de los demás.
    • Carecer de motivación económica.
    • Ser incapaz para desconectar de su actividad laboral.

 

Por ello, no sólo la variable tiempo, aunque algunos han señalado que dedicar más de 50 horas a la semana al trabajo, puede determinar la adicción. Aunque muchos profesionales estarían incluidos dentro de la adicción; ya que hay que tener en cuenta que hay gente que disfruta con su trabajo, que se halla muy motivada con él y que pese a eso mantiene un equilibrio entre el trabajo, la familia y el ocio y tiempo libre. Por eso hay que matizar muy bien si una persona es o no adicta al trabajo, cosa difícil en función de la investigación actual (Llaneza Álvarez, 2002).

 

Fassel (2000) afirma que la diferencia entre la adicción al trabajo y trabajar mucho reside en que el adicto está desprovisto de un regulador interno que dice cuándo tiene el trabajador que parar.

 

Naughton (1987) distingue cuatro tipos de adictos al trabajo orientados hacia dos tipos de comportamientos como el obsesivo-compulsivo y la dedicación excesiva o no:

  •  
  • El fuertemente comprometido (puntúa bajo en obsesión-compulsión; dedica muchas horas al trabajo, con mucha motivación por los objetivos; asume los desafíos; está muy satisfecho con su trabajo y le presta poca atención a las demás cosas).
  •  
  • El adicto al trabajo compulsivo (alta puntuación en dedicación y obsesión; suele tener dificultades para relacionarse con los compañeros y subordinados; son personas muy impacientes, llenas de manías o pautas, entienden que las actividades sociales y familiares son un enojo y no tienen adecuación entre el puesto que ocupan y las horas que dedican a su trabajo).
  •  
  • El compulsivo no adicto al trabajo (baja puntuación en dedicación y alta obsesión; considera el trabajo como algo que hay que llevar a cabo pero se compromete de manera obsesiva con actividades fuera del trabajo (hobbies, deportes, etc.)).
  •  
  • No adicto al trabajo (baja puntuación en las dos variables; no busca el logro personal a través del trabajo, se desentiende de él cuando acaba su jornada establecida; su motivación la encuentra fuera del trabajo).

 

Por otro lado, Scott, Moore y Miceli (1997) han propuesto tres tipos de patrones del comportamiento en la adicción al trabajo:

  •  
  • El compulsivo-dependiente (se relaciona positivamente con niveles altos de ansiedad y con problemas físicos y psicológicos y negativamente con la satisfacción laboral y vital).
  •  
  • El perfeccionista obsesivo-compulsivo (se relaciona positivamente con niveles de tensión, con problemas físicos y psicológicos, con relaciones interpersonales hostiles y con la satisfacción profesional).
  •  
  • El orientado a logros (se relaciona positivamente con la salud física y psicológica, con comportamientos proactivos socialmente y con la satisfacción laboral y vital.
  •  
  • También habría que señalar a los “pseudoadictos” que no sufren adicción al trabajo, pero llevan un ritmo laboral muy alto, y utilizan el trabajo para escalar puestos y conseguir mejoras económicas y sociales. El problema es que este tipo de conductas pueden pasar a la adicción con suma facilidad y sin ser percibido por el propio individuo (Fuertes Rocañín, 2004).

 

Quizás en esta tipología pueda incluirse lo que se viene denominado “síndrome del ejecutivo” padecido por gente ambiciosa y perfeccionista, pero triste y aburrida. Estos trabajadores tienen mucha pereza a la hora de irse de vacaciones, por lo que no las planean hasta el último momento y cuando salen, necesitan una gran actividad para olvidarse del trabajo, con lo cual, en vez de descansar se estresan todavía más.

Consecuencias de la adicción al trabajo

 

La adicción al trabajo genera consecuencias negativas en la vida familiar, ya que conduce al aislamiento, al divorcio y a la destrucción de la convivencia familiar.

También pueden desarrollar problemas de salud como enfermedades cardiovasculares, gástricas, hipertensión, musculares y ansiedad.

Además pueden consumir sustancias tóxicas para aumentar el rendimiento laboral y superar el cansancio y la necesidad de dormir.

Prevención e intervención

 

Todo trabajador tiene que tener en cuenta que:

    •  
    • Hay una gran cantidad de cosas para disfrutar, no sólo el trabajo.
    • En las tareas laborales es importante y necesario delegar.
    • La jornada laboral es de ocho horas.
    • El trabajo para realizar en casa debe ser la excepción.

Además, el abordaje psicoterapéutico de la adicción al trabajo deberá realizarse con el mismo esquema que cualquier otra adicción, para recobrar el equilibrio laboral y personal en su vida.

Evaluación de la adicción al trabajo

 

Para llevar a cabo la evaluación se emplearán entrevistas semiestructuradas al trabajador, a los compañeros, a los subordinados y a los superiores, con técnicas exploratorias, de escucha activa, que permita la clarificación, la racionalización y la reformulación y la confrontación. También se puede utilizar el Test de Riesgo de Adicción al Trabajo (Work Addiction Risk Test) (Anexo 20) y orientar hacia un abordaje psicoterapéutico.

 

Además es conveniente realizar:

  •  
  • La anamnesis sociolaboral y datos de filiación (sexo, edad, antigüedad en la empresa y empresas anteriores).
  • El análisis de las condiciones psicosociales del puesto de trabajo.
  • La descripción cronológica de los hechos relevantes para la situación actual.
  • Los recursos personales de afrontamiento.
  • La valoración de las consecuencias para el trabajador: personales, laborales, familiares y sociales.

 

Fuente: http://www.psicologia-online.com/ebooks/riesgos/capitulo6_1.shtml

Cómo impacta un adicto al trabajo en el clima laboral

"Parece que no tener tiempo para nada que no sea el trabajo los hace menos. Si se pasan las noches en vela o traen cicatrices del trabajo en las manos, lo dicen con orgullo. Pero si yo les quiero contar sobre mis clases de gimnasia o mi trabajo de ocho horas, lo minimizan como si no fuera importante", me contaba una amiga hace unos días.

La adicción al trabajo es una de las más aceptadas socialmente porque "la adicción al trabajo tiene esfuerzos y recompensas de tipo profesional", explica Fernando Mansilla Izquierdo, psicólogo del Ayuntamiento de Madrid, en entrevista con templeo.com.

Sin embargo, el esfuerzo excesivo que las personas dedican a su trabajo puede resultar contraproducente para las empresas que los contratan. "(Los adictos al trabajo) trabajan más de lo que se les pide. Suelen presentar un buen rendimiento a corto plazo en el trabajo, pero sus altas expectativas con respecto a sí mismos los llevan a plantearse metas cada vez más difíciles, muchas veces inalcanzables, que desembocan en problemas de rendimiento a medio-largo plazo", explican especialistas de la Red Organizacional de Trabajo de Prevención psicosocial (WoNT).

Asimismo, resultados de un estudio publicado en la revista Career Development International mostraron que mientras más adicta al trabajo es una persona, presenta menor satisfacción profesional y laboral y mayor intención de renunciar a su empleo actual.

Pero los workaholics no sólo rinden menos a largo plazo y tienden a la insatisfacción profesional, sino que además entorpecen la dinámica de trabajo debido a deficiencias y comportamientos provocados por su adicción como una pobre comunicación interpersonal, rigidez y niveles de exigencia agobiantes.

Los efectos en las relaciones laborales

Los adictos al trabajo padecen de "una casi incapacidad para comunicarse con los otros, y para delegar. Así, normalmente trabajar en equipo les será muy difícil, siendo frecuente que en el entorno inmediato tengan problemas con compañeros y colaboradores", apuntan los psicólogos del WoNT.

Asimismo, "suelen generar conflictos interpersonales sobre todo con los compañeros y los subordinados, ya que generalmente nadie cumple las expectativas laborales del adicto, lo que les lleva al aislamiento social. Este aislamiento les conduce a realizar más horas de trabajo, y así sucesivamente", indicó en entrevista Mansilla, autor de diversos artículos de psicología laboral.

De acuerdo con el especialista en psicología clínica, los compañeros del workaholic reaccionan de forma ambivalente ante éste: por una parte con rechazo y por otra con envidia por los éxitos profesionales. En muchas ocasiones el adicto les hace sentirse incapaces e incompetentes. En contraparte -apunta el psicólogo- el afectado suele pensar que sus compañeros no adictos al trabajo carecen de ambición y de competitividad, que son conformistas e imperfectos en sus labores.

Con todo ello, "el clima laboral se ve enrarecido porque la dinámica de las relaciones interpersonales que se establecen parte de un tipo de comunicación pobre con falta de confianza y colaboración y una distorsión y descompensación entre los objetivos laborales de los adictos laborales y los demás trabajadores, lo que puede dar lugar a conflictos interpersonales", explica Mansilla.

Respecto a el origen material de los conflictos, en muchas ocasiones se puede deber a la exigencia del adicto. Ya mencionamos la imposibilidad de cumplimiento de las expectativas laborales del adicto. Mansilla Izquierdo agrega al respecto que "en una inmensa mayoría el nivel de exigencia es agobiante y muy alto tanto a los subordinados, como a los compañeros y jefes, sobre todo si el éxito de su trabajo depende de algún modo de ellos".


¿Cómo tratar con un adicto al trabajo?


Si laboramos directamente con un adicto al trabajo o tenemos un subordinado que padece esa condición, el psicólogo Mansilla recomienda no exigirle que consulte a un especialista en salud mental, "pero sí aconsejarle que su problema puede tener un abordaje psicoterapéutico con el mismo esquema que cualquier otra adicción, para recobrar el equilibrio laboral y personal en su vida, es decir un equilibrio entre el trabajo, la familia y el ocio y el tiempo libre".

Además aconseja orientarle con algunos mensajes claves como:

* Hay una gran cantidad de cosas para disfrutar, no sólo el trabajo.
* En las tareas laborales es importante y necesario delegar.
* La jornada laboral es de ocho horas.
* El trabajo para realizar en casa debe ser la excepción.

¿Cómo resolver un conflicto?


Para resolver un conflicto con un workaholic, al igual que con otras personas, podemos utilizar el método DEPA:


Descripción.- Describir claramente la situación que nos desagrada o que deseamos cambiar.
Expresión- Expresar los sentimientos propios en primera persona, sin acusar al otro.
Petición- Pedir un cambio concreto de conducta.
Agradecimiento- Agradecer la atención del otro a nuestra petición.

Aunque la adicción al trabajo es una enfermedad como muchas otras dependencias, de acuerdo con un sondeo realizado por Consulta Mitofsky hace cinco años, dos de cada tres mexicanos se considera adicto al trabajo, mientras que cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que en ese entonces aproximadamente uno de cada tres trabajaba más de 48 horas a la semana.

¿Quieres saber si tienes rasgos del adicto al trabajo? Responde este cuestionario del WoNT.

Fuente: http://recursos.templeo.com/consejos/123441/como-impacta-workaholic-al-clima-laboral