Autora: @alletta vía Twitter, 19 de febrero 2015.
Y en el momento antipopular del día, explicaré por qué el que en muchos lados no contraten mujeres no es necesariamente por discriminación. Muchas veces la decisión de no contratar a una mujer no tiene nada que ver con la discriminación y sí mucho con la economía. Se habla de que no contratar embarazadas es discriminación, pero en realidad es que las empresas están para generar utilidades.
Contratar a una embarazada significa gastos que una empresa no tiene necesidad de asumir. Vamos, si puedes elegir gastar o no en algo que no te va a generar utilidades, como empresa por lo general eliges no gastar en eso.
Mucha gente cree que a la empresa sólo le cuestas el dinero que recibes cada quincena (semana o mes), pero la realidad es muy distinta. Además de la parte que cada empleado aporta al seguro, la empresa aporta otra parte. Y créanme que esa cantidad no es despreciable. Pero hasta aquí digamos que son costos "directos" o fácilmente visibles. Sin embargo hay otros gastos "ocultos".
La curva de aprendizaje de un empleado cuesta. ¿Qué tanto cuesta? Eso es variable y depende mucho de que tan "avispao" sea el empleado. Ahora imaginen que contratan a una embarazada, que apenas terminando su curva de aprendizaje (o ni eso) se les va 3 meses de incapacidad. Hay que hacer otro proceso de reclutamiento para cubrir la vacante temporal y quien entre tiene que pasar por la curva de aprendizaje. Todo para que cuando ya domine el puesto se acabe la incapacidad y se vaya.
Todos los recursos invertidos en capacitar a la persona se desperdician puesto que no generan utilidad. ¿Suena ojete? Pues sí, pero es la realidad. Nadie pone una empresa para ayudar a desconocidos. Si una empresa no da ganancias se cierra y ya.